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lunes, 14 de septiembre de 2009

La carretera ha partido llevándose mi infancia

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La carretera ha partido llevándose mi infancia.
No me reconozco entre la gente que pasa
                 y tampoco nadie se ha reconocido en mí.
Mis amigos corren una mariposa,
intentando ser los últimos en abandonar la carrera de los días
                                              que fueron.
Dibujo en el aire el perfil de una ballena,
                                         toco sus aletas,
sus agallas,
                    tan grandes como la catedral,
como los pechos de la de quinto que ayer me miró
                                          mientras reía.
El pueblo ha dejado de existir.
Son otros los personajes que habitan los rincones
                                     en donde jugué
                                    a las escondidas.
Ha pasado por allí otra vida.
Otros caminos que los abuelos repiten en sí mismos
                                pero que no alcanzan.
He llorado horas enteras
       y de mis lágrimas creció una tempestad
que me devolvió a otros caminos
a otra Carretera.






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